Lo que comenzó como una movida alternativa, se convirtió, tres años después, en una de las fiestas más queridas (y esperadas) de la escena nocturna tucumana. Y el sábado la Boogie celebra su tercer aniversario y lo hará como acostumbra: con música en vivo, vinilos, saxos al rojo vivo y una pista encendida hasta el amanecer. Sí, como todo buen cumpleaños.
A partir de las 23, en San Martín 1.161, el lugar de siempre -aunque esta vez con promesa de sorprender-, los organizadores se reencuentran con su comunidad para una noche que cruza la celebración con la apuesta cultural.
Es que, a saber, la Boogie no es una fiesta más. En tiempos donde la electrónica mainstream y los hits descartables dominan la escena nocturna, este ciclo apostó desde el principio a una curaduría musical alternativa, con raíces en el funk, el soul, el house y el groove más fino, para reunir a un público diverso que busca otra forma de habitar la noche.
“Boogie es comunidad, es cultura”, dicen sus organizadores, y no es una frase vacía. El festejo del sábado incluye no solo música, sino también performance, visuales, bailarines, globos, piñatas y artistas invitados que le dan forma a un ritual que combina arte, fiesta y pertenencia.
Música que no pide permiso
La fiesta contará con la presencia de los dj's Beto Germanó, Sensual Panther, Ramiro Bulzoni y Carlitos Way con sus vinilos cargados de groove; Laquie como 'agitador', que además sumará su saxo en vivo para elevar la energía del lugar. Y también se suma Juan Cruz Palacio en sintetizadores, en lo que se anticipa como una sesión especial cargada de intensidad y buen gusto.
La noche también promete una banda en vivo, una marca registrada de la Boogie, e invitados sorpresa que suelen ser el ingrediente secreto de cada edición. Todo, bajo el mismo lema: bailar, gozar y compartir.
Tres años de fiesta consciente
En un contexto difícil para las expresiones culturales independientes, Boogie logró sostenerse -y crecer- apostando a la calidad, a una estética cuidada, a la diversidad y al encuentro. En estos tres años supo construir algo más que una fiesta: una comunidad con códigos propios, que valora el arte tanto como la pista. Las entradas ya están disponibles a través del link en la bio de sus redes.